Se entumen Loros en El
Tlahuicole
NUEVEQUINCETLAXCALA
La lluvia, la centella y el frío entumieron a Loros.
Ayer, nuevamente se escribió la historia en el monumental
estadio Tlahuicole, al coronarse Linces de Tlaxcala.
Después de 35 años de sequía, volvió el futbol, la pasión
del ‘juego del hombre’.
Y tal parecía que la hazaña no se lograría, en la cancha,
los jugadores hicieron lo fácil, lo difícil y hasta lo imposible.
El portero Miguel Tejeda se desplomó antes de concluir el
primer tiempo, una centella cayó muy cerca del estadio que incluso, dos niños
recoge balones fueron atendidos por paramédicos de la Cruz Roja.
Pero la afición que abarrotó el inmueble estaba
confundida; el gol que provocara el alargue no llegaba y el tiempo se esfumaba,
no había cómo empatar el juego y obligar a los tiempos suplementarios.
Y cuando parecía Linces que no alcanzaría la gloria,
justo cuando faltaban ocho minutos del final, el Tlahuicole estalló de júbilo.
Fue en un abrir y cerrar de ojos que “El Genio”’
Dieter Villalpando se consagró a sus 22 años de edad.
Consiguió ingresar por derecha se llevó la marca de dos
jugadores y lanzó el centro al área de penal donde la zaga rechazó, pero el
balón quedó en los botines de Zazueta quien observó sólo a su pareja Francisco
Santillán, este no dudó en enviar al fondo de las redes el balón, lejos del
arquero visitante Miguel Tejeda.
Entonces, el estadio estalló en júbilo. “¡Linces!,
¡Linces!, ¡Linces!”, el zaguero Francisco Santillán era felicitado por sus
compañeros.
El juego aéreo de Linces, el mismo que le dio resultado
ante Unión de Curtidores y Murciélagos en cuartos y semifinal, fue letal.
Eder Cruz contundente de cabeza y Francisco Santillán los
anotadores para el 2-0, 3-3 global.
Y entonces, más de dos mil 500 gargantas coreaban:
¡Goooool!
Y se repitió la historia de la temporada 1978-1979 cuando
Lobos de Tlaxcala fue campeón en el mismo escenario.
Y es que en el futbol, el que perdona pierde, eso pasó a
Loros que no tuvo suerte con su goleador Juan Carlos Martínez Carmona, quien en
casa hizo dos goles, ahora se fue en blanco porque tivo cuando menos, tres
oportunidades claras de gol frente a Carlos Fernández Demeneghi.
Después del alargue, ambos equipos intentaron anotar el
gol del campeonato en los tiempos extras, pero su majestad no llegó.
Con una excelente condición física, Linces siempre
propuso, Loros se conformó; las piernas de algunos jugadores mermaron con la
lluvia, el frío y la altitud, hasta que llegaron los penales.
Nuevamente Juan Martínez, con el número nueve en los
dorsales, fue el primer tirador Loro tras perder el sorteo que hizo el silbante
Ángel Flores, su disparo quedó lejos de la portería local.
En la muerte súbita, Martín Orozco se encargó de cobrar
el octavo tiro, tampoco tuvo suerte y su disparo terminó encima del marco
defendido por Demeneghi, para el 11-10 final.
Este sábado 14 de diciembre el número nueve fue
cabalístico para Linces, mientras Martínez fallaba, Eder Cruz con
el mismo número acertaba y de espectacular pirueta festejaba el primer gol.
Samuel “Taz” Rodríguez, quien pagó el boletaje de su
plantilla de jugadores del equipo ‘Amigos’ que milita en el Liga Clubes Unidos
de Tlaxcala, coreaba: “Vamos, vamos Linces, que esta tarde tenemos que
campeonar”.
Ángel Mata Primo, exfotógrafo de esta casa editora,
recordaba el título de Lobos de Tlaxcala en 1979.
En el graderío oriente, el exmilitar Ángel Rodríguez se
quitó la ropa de su trabajo y se enfundó la blanquiazul de Linces, esa de la
buena suerte que lo llevó al campeonato en forma invicta desde la jornada uno,
hasta la final en casa.
Ayer, el estadio Tlahuicole despertó de su letargo tras
siete lustros de sequía.
Ayer, hasta la atípica lluvia, bendijo a los
tlaxcaltecas.
Y Villalpando, Cruz, Demeneghi, Santillán, Torres Nilo,
Zazueta, Olvera, Moreno, García, Ledesma, Villeda, Ramírez Fassi, Coba,
Maldonado, Soto, Henríquez, Torres, Ricky Moreno y JulioCervantes, cumplieron
ante su público, en la cancha fueron unos guerreros.
Ayer, Gregorio Cervantes Serrano, presidente del club
Linces de Tlaxcala, señaló que la iniciativa privada sale al quite a favor del
futbol y ahora le toca al Gobierno del Estado, todo esto, para unir a la
familia.
Y el estadio Tlahuicole, ese ‘elefante blanco’ que sirvió
para bailes en otros sexenios, ahora fue testigo de la pasión del hombre en el
que cientos de aficionados ya encariñados con Linces, lloraron de júbilo,
pero mañana será otra historia.
Y ayer, la lluvia, la centella y el frío, fueron aliados
de Linces de Tlaxcala, ante unos entumidos Loros de Colima.
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